miércoles, 24 de febrero de 2010

Un poema de Carlos Drumond de Andrade

En la traducción de este poema fueron dejados los neologismos introducidos por el poeta brasileño (los mismos fueron dejados en itálico en el texto). Por ejemplo, la palabra "insiderable" parece provenir de "sideral".

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El hombre; los viajes (Carlos Drumond de Andrade)


El hombre, bicho de la tierra tan pequeño

hartase en la Tierra

lugar de mucha miseria y poca diversión,

hace un cohete, una cápsula, un módulo

se encamina para la Luna

desciende cauteloso en la Luna

pisa en la luna

planta banderola en la Luna

coloniza la Luna

civiliza la Luna

humaniza la Luna.


Luna humanizada: tan igual a la Tierra.

El hombre hartase en la Luna.

Vamos para Marte — ordena a sus máquinas.

Ellas obedecen, el hombre desciende en Marte

pisa en Marte

experimenta

coloniza

civiliza

humaniza Marte con ingenio y arte.


Marte humanizado, que lugar usual.

¿Vamos a otra parte?

claro — dice el ingenio

sofisticado y dócil.

Vamos a Venus.

El hombre pone el pie en Venus,

ve lo visto — ¿es esto?

ídem

ídem

ídem.


El hombre funde sus sesos si no va a Júpiter

proclamar justicia junto con injusticia

repetir la fosa

repetir lo inquieto

repetitivo.


Otros planetas restan para otras colonias.

El espacio todo vira Tierra-a-tierra.

El hombre llega al Sol o da una vuelta

¿solamente para ver?

No ve que él inventa

ropa insiderable para vivir en el Sol.

Pone el pie y:

mas que harto es el Sol, falso toro

español domado.


Restan algunos sistemas afuera

del solar a col-

Onizar.

Al acabarse todos

sólo resta el hombre

(¿estará equipado?)

la dificilísima viaje

de sí a sí mismo:

poner el pie en tierra

de su corazón

experimentar

colonizar

civilizar

humanizar

el hombre

descubriendo en sus propias inexploradas entrañas

la perenne, insospechada alegría

de con-vivir.

(Carlos Drummond de Andrade 
en: As Impurezas do Branco, 1973)

Traduzido del portugués por Carlos Humberto Llanos