Hace mucho tiempo descubrí un poema de Octavio Paz, lo perdí por otros muchos años y lo volví a reencontrar recientemente en un libro de antología poética del autor. Siempre me intrigó porque tantos famosos artistas naufragaron en el camino del arte, enloqueciéndose o perdiéndose en el camino de los vicios, por ejemplo, y aún no se realmente el motivo. Mi única explicación, hasta ahora, es que el arte nos puede llevar hasta la puerta de la trascendencia, pero no es suficiente para que la traspasemos. Para tal tarea, tal vez precisemos de más energía (hablando en un lenguaje bien ingenieril). Las regiones en donde habita el espíritu deben estar muy lejos o tal vez demasiado próximas... en donde tal vez necesitamos tener la pureza de los niños y la sabiduría de los ancianos. Les dejo para que lean este bello texto, que invita a la trascendencia, pues nos hace perder en el significado ambiguo de las palabras, parando casi nuestras mentes, en un ritmo sorprendente impuesto por la métrica de este grande poeta.
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DECIR : HACER (Octavio Paz)
A Roman Jacobson
1
Entre lo que veo y digo,
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido,
la poesía.
Se desliza
entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
2
Idea palpable,
palabra
impalpable:
la poesía
va y viene
entre lo que es
y lo que no es.
Teje reflejos
y los desteje.
La poesía
siembra ojos en la página,
siembra palabras en los ojos.
Los ojos hablan,
las palabras miran,
las miradas piensan.
Oír
los pensamientos,
ver
lo que decimos,
tocar
el cuerpo de la idea.
Los ojos
se cierran,
las palabras se abren.
miércoles, 5 de agosto de 2009
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