I
Te amo sobre todo porque no eres mía,
aliento fresco y tenue, silencioso amor:
permite que percibas (...algun día)
mi caricia en el viento que te toca.
Te amo sobre todos los pecados,
sobre todas las dichas y desdichas.
Te enfrento con mi amor de héroe
vencido en la cadencia de un encuentro,
(cuando te invado despreocupadamente.)
Y me entrego porque venzo el miedo
a cada instante que te veo,
y más lo percibo en un momento,
cuando dejo de pensarte:
no hay nada que nos una ahora,
y en tanto no hay nada que separe.
Te amo siempre, ahora o nunca,
sobre todo porque eres infinita,
inexpugnable fortaleza,
que sólo deja entrar el aire,
que exhalo en brisa a cada instante:
(te amo porque tu respiras)
II
Te amo cuando yo me amo,
y me detengo justo ahora y siempre:
cuando me descubro, cuando ya te siento.
¿Quizás somos ahora inescrutable aliento?
...Dulce etérea aérea canción de amor
que declara en el tenue verso
aún no escrito (y tampoco revelado)
que te extraño – que te quiero,
que te alcanzo...
(Brasilia, abril de 2010)
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