Mi querido amigo, no hay nada que decir:
hechos son más fuertes que palabras,
y estas más fuertes que aquellos pensamientos
que nos llegan, que visitan y nos dejan
(estos últimos se nutren pocas veces del espíritu sentido.)
En este espacio tendremos que hechos y sentires
son más reales que lo escrito, lo dicho y lo pensado
– ya que después de todo permanecen más tiempo –
puedes ver que son más estables y confiables
(tal vez nos sean eternos… y estén por todas partes.)
No te detengas, pues los acontecimientos son más fuertes
y nuestros sentimientos son confiables.
Estamos aquí y allá – eso es un hecho.
Y la prueba de todo es que esto puede ser sentido
(y que ese sentir no tiene pruebas)
y si pruebas existen no habrían palabras:
aquellas que te pudieran describir ahora,
o esa proximidad – esa que compartimos y que no se explica
(porque es un todo, un sentir in-fragmentable.)
Palabras nuestras... o ideas hendidas por espacios,
nuestra amistad no puede ser descrita en los fragmentos
(tal vez los espacios la describan más intensamente.)
Aquel espacio que marca el ritmo del poema,
aquel espacio que marca la pausa silenciosa de los cantos,
o aquel espacio para el cual te fuiste,
aquella morada al sur o al norte, sin casa, sin materia:
aquel espacio que sólo suele sustentar
el espíritu leve y puro que llevaste, y que dejaste…
(Brasilia, marzo, 2010)
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