I
No murmuras una palabra
y ellas permanecen
calladas, en la potente noche.
Callado son, callada sílaba,
noche, noche.
Impronunciable estado
(imperceptible ton).
Percepción sagrada,
silencioso cántico.
II
Ellas permanecen sagradas,
impronunciables,
penetrantes y sutiles.
Cíclicas palabras
(que se funden en una.)
Ahora insinuan silencios,
marcando el rumor lúdico,
de los riachos,
que humedecen la tierra
en la que tu alma
posa.
III
Induvitable,
estrellada, reservada,
nocturna e insistente:
de los poetas ... noche.
La única que te transcribe,
la única que me conforta.
Que fuerte y expresiva ya
apareces.
IV
Silencioso canto:
austero, crepuscular,
de la noche solícita y sutil.
Dulce, tenue y estrellada,
que muestra los luceros
fincados en tu corazón,
que hacen de tu mirada
un silencioso
decir.
V
Impronunciable son,
el único que me revela,
en la ya leve noche,
que se desliza en la alborada,
que se resbala en tu fisgar,
que me calma, reconforta
(con un ton: de tu mirar...)
Con tu mirada pronunciada
sobre tu sagrado
canto.
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