I
De la misma forma que la fricción permite implementar el freno sobre una superficie, la misma impide el desliz libre y sin tropiezos.
II
La fricción de la palabra en un verso alejandrino:
la rima acentuada, la métrica, el ritmo, el transcurso…
la palabra no dicha –un mar de pausas y de lapsos.
Parar cuando se quiere, andar sin trabamientos,
sólo el poema sabe parar el alma donde quiere
(y se resbala en ella por doquier y con sigilo)
El poeta coloca el ritmo como puede:
las palabras son señales, punteros vagos de un reloj
que marcan el tiempo – en un lugar cualquiera.
Ahora tu mirada me revela en un instante:
las palabras se detienen, las pausas se deslizan
(...aquí verso y sentido nacen libres)
......................
(Brasilia, junio de 2011)
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