El padrenuestro carece de adjetivos y esto lo torna poesía, como lo insinúa Antonio Caballero. Cuando el artista está en el límite entre lo ilusorio y lo real suele escoger lo verdadero, pues no se trata de convencer a alguien con argumentos, ya que el único testigo es él mismo. En los límites de la existencia sabemos que no hay argumentos que nos salven. Solo la sustancia (el sustantivo) nos da el apoyo, el salvavidas para flotar en el mar del silencio, de donde brota el arte, en donde la vida ondula como verbo.
(Brasilia, septiembre de 2021)
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