Creo que el paraíso bíblico estaba conectado fuertemente con la naturaleza. Pero esta última es una biblioteca genética, o un corpus genómico, con una codificación vertida sobre una media en forma de espiral, y no sé si Borges se la imaginó de ese tamaño y formato. Se me ocurre que esto sería la verdadera torre de Babel: narrativas con el mismo abecedario que describen estructuras diferentes. Y para responder a los amantes de psicoanálisis, dicen por ahí que toda aberración nace en el momento en que nos colocamos la hoja de parra para vestir el cuerpo y exiliar el placer, ¿por qué no hacemos una campaña para quitárnosla? Toda corrupción es bien vestida, decía mi amigo César Giraldo.
lunes, 17 de enero de 2022
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