miércoles, 27 de enero de 2010

Nocturno #1

I

No murmuras una palabra

y ellas permanecen

calladas, en la potente noche.

Callado son, callada sílaba,

noche, noche.

Impronunciable estado

(imperceptible ton).

Percepción sagrada,

silencioso cántico.


II

Ellas permanecen sagradas,

impronunciables,

penetrantes y sutiles.

Cíclicas palabras

(que se funden en una.)

Ahora insinuan silencios,

marcando el rumor lúdico,

de los riachos,

que humedecen la tierra

en la que tu alma

posa.


III

Induvitable,

estrellada, reservada,

nocturna e insistente:

de los poetas ... noche.

La única que te transcribe,

la única que me conforta.

Que fuerte y expresiva ya

apareces.


IV

Silencioso canto:

austero, crepuscular,

de la noche solícita y sutil.

Dulce, tenue y estrellada,

que muestra los luceros

fincados en tu corazón,

que hacen de tu mirada

un silencioso

decir.


V

Impronunciable son,

el único que me revela,

en la ya leve noche,

que se desliza en la alborada,

que se resbala en tu fisgar,

que me calma, reconforta

(con un ton: de tu mirar...)

Con tu mirada pronunciada

sobre tu sagrado

canto.



sábado, 16 de enero de 2010

Bondad y permanencia

No es que quiera ser bueno contigo,

es que mi corazón sólo encuentra sentido

si late junto con el tuyo.


No pretendo permanecer contigo,

pero mi corazón sólo estará sosegado

al sentirse uno con el tuyo.

miércoles, 13 de enero de 2010

Poema del ensueño

(A Mario Llanos Molina, quien una vez escribía poemas de amor)


Te amo y caigo en el abismo

(de querer conquistar tu mano).

Tejo mi red para que caigas en mi sueño:

soñando estar aquí conmigo - compartido ensueño.

Tomo tu mano y la realidad me asombra:

tu mano y la mía son apenas sólo sueños

(y al tomarla temo que algún día ya no será mía...).

¿Será que tu y yo aparecemos como sueños?

Sólo podré estar contigo si acepto que no eres mía

Sólo podré estar contigo si acepto que ni siquiera soy mío.

¿Estaremos juntos algún día?

¿Estuvimos juntos en algún tiempo?

...Luego ahora el amor murmulla al oído,

que tú y yo siempre hemos sido eternos.