miércoles, 10 de mayo de 2023

Entre el brujo y el profeta

Hay un equívoco al asumir que el profeta y el brujo son la misma cosa.  El profeta conjetura y vaticina deslizándose en la línea del tiempo; tal vez sea el precursor del científico que busca en su ambiente laboratorial modelar el mundo, predecir lo que va a ocurrir, a partir de lo que se conoce, de lo que se denomina «condiciones iniciales». El brujo conjura, crea objetos  y personajes, como algún protagonista de Borges y su laboratorio es el ritual. No se desliza en el tiempo (como el profeta) pues su máximo empeño es parar el mundo, tal como lo busca el poeta: ese es el sentido de la piedra filosofal. Así, la poesía es el fruto del ejercicio del lenguaje en una dimensión espacial y que intenta ser atemporal. Es la búsqueda de la sentencia para crear un lugar, en donde «se es y no se está», o «se está y no se es».


(Carlos Humberto Llanos)