domingo, 22 de agosto de 2010

Canto elemental


Sembrar flores en la arena,
plantar semillas en el mar,
te digo sobre aquella ruta imposible,
aquel sinuoso camino
que diverge y converge
Aquel que recorrimos, un segundo.
Cuando nuestras miradas se cruzaron,
siempre mar y siempre mar.

Inspirar la poesía, retener
el aliento que sustenta.
Espirar el poema en un segundo,
cuando nuestras miradas ya convergen
¿Y ahora te puedo ya nombrar?
Sembrar flores en la arena,
siempre viento, siempre mar.

Esencia, presencia, ausencia,
inspirar, callar, exhalar la poesía.
Y ahora me digan ¿quien hizo el esfuerzo?
¿fue el poema creado o descubierto?
Siempre sol y siempre viento.

Pausamos nuestros ojos,
Pronunciamos nuestros nombres
¿y ahora nos vemos definidos?
Poesía, aliento o poético vestigio.
Palabra que nombra y define
¡Número que das orden al mundo!
Objeto que alcanzo … enumero y defino
(Esencia que pierdo al nombrarte)
Profusión indefinida.
Siempre arena, siempre arena.

Silencioso canto oído,
siempre viento, siempre viento…
¿Y ahora es verdad?
Cuantificar, enumerar, dar sentido
...una miríada de estrellas fijas,
dando testimonio por sí…
Fragmentos movedizos, un paso cierto,
otro incierto, temor velado
(punto cierto para el naufragio.)
Siempre mar y siempre mar.

Y ahora oscilo en lo inexplicado
¿Y ahora hay ya sentido?
Fluctúo en lo que vendrá a ser sentido,
(sin orden en el mundo)
Miradas que convergen y divergen.
Siempre sol, siempre viento…

Nombrar tu nombre, mirar tu rostro
y no atingirte en lleno.
Permanecer callado,
eludir palabras: sólo hay sentido.
Eso es esencia
¿quizás presencia?
Sembrar flores en la arena,
recoger los frutos en el mar.
Soplar la arena de las flores,
ver la lágrima se esbozando en tu mirar.
Ver el poema ahora se insinuando.
Siempre sol y siempre viento.
Siempre arena, siempre mar.

(Brasilia, agosto de 2010)