Carlos, curas y brahmanes son prisioneros de sus teologías, así como a menudo lo son los científicos de su formación académica. De la misma manera, los artistas suelen estar presos en sus manifiestos y en los estilos adoptados. Es que ser libre es complicado: se requiere una alta dosis de rebeldía, un tris de sentido común, y una inmensa pobreza de ego.
(Conversaciones con César Giraldo)