Hay algo en común entre Cioran, Vallejo y Vargas Vila: la pataleta y la pirotecnia verbal. Lo de genial (en ellos), tal vez sea cierto, o tal vez no. Lo de rabioso en algunos comportamientos, no deja duda. Al final todo eso deja en el lector alguna perplejidad por las pedradas contra las fes, y un leve buqué de humor. Tal vez solo eso.
(Carlos Humberto Llanos)