sábado, 11 de julio de 2015

Continuando


Dicen que el universo es continuo, mas en el fondo es fraccionado en átomos, y estos a su vez fracturados en partículas. Por eso digo que el universo es discreto, en vez de continuo. La fracción periódica debe ser cortada en algún lugar para caber en un computador binario. Pues sí, la información digital fracciona el texto y el número en pedazos que llamamos bits. O sea todo lo que tenemos en la máquina es la fracción de la fracción periódica, trozos de la fracción no periódica, esa que aparece en los números irracionales, tal como π y e, y una representación del texto, que también es una fracción de lo que podría decirte ahora –y digo y callo. Cada palabra puede ser un símbolo de lo que parece ser real: digo lo que pretendo de varias maneras usando  palabras del menú de mi lenguaje. Mi vocabulario viene en palabras que son agrupamientos de fonemas, y estos últimos son representados en signos a los que llamo letras. Palabras codificadas en combinaciones de letras, ¿cuántas palabras podría escribir con 27 letras? Muchas más de las que presta el diccionario. O sea, mi vocabulario es una parte del diccionario y este, a su vez, una fracción ínfima de las posibilidades combinatorias entre letras. ¿De cuantas maneras podría escribir el verso, querida? Y hablando de outras cosas ¿de qué formas puede el músico componer un tema? Bueno, si llegamos hasta aquí debo decir que la música usa escalas, y parece que eso ocurre en todas las culturas. O sea, existe esa especie de letras musicales, a las que llamamos notas. Pero como la música es para el decir más líquida que concreta, sus palabras se escurren en los laberintos auditivos, sin caber en diccionarios académicos, mojando los papeles con una especie de melódica tintura. Por eso en el universo musical podemos decir más pero explicar menos. Por eso la música es menos discreta que el texto, por eso es que las canciones pasan debajo de las puertas, entre las rejas de las prisiones, entre las fracturas de los muros, entre las fendas de los corazones retorcidos, no pueden ser vistas, y cuando llegan a los oídos son fácilmente memorizadas, pues llevan el ritmo de un miocárdico tambor. ¿Y qué decir de la palabra Amor, querida? ¿Ella es discreta o continua? En su estructura es discreta, son sólo cuatro letras mi bien. No sé a lo cierto si mi computador central, ese que llamamos de cerebro, es discreto o continuo, ¿será que usa algún tipo de codificación binaria? Qué miedo. Por eso para decirte más de lo que siento voy a cantarte un poco, para ser menos discreto, para vencer esa timidez del mundo, para decirte ahora que te quiero.

 (Brasilia, julio de 2015)

No hay comentarios:

Publicar un comentario