sábado, 23 de octubre de 2010
Credo
Física y Poesía
sábado, 9 de octubre de 2010
Caminos
domingo, 22 de agosto de 2010
Canto elemental
plantar semillas en el mar,
te digo sobre aquella ruta imposible,
aquel sinuoso camino
que diverge y converge
Aquel que recorrimos, un segundo.
Cuando nuestras miradas se cruzaron,
siempre mar y siempre mar.
Inspirar la poesía, retener
el aliento que sustenta.
Espirar el poema en un segundo,
cuando nuestras miradas ya convergen
¿Y ahora te puedo ya nombrar?
Sembrar flores en la arena,
siempre viento, siempre mar.
Esencia, presencia, ausencia,
inspirar, callar, exhalar la poesía.
Y ahora me digan ¿quien hizo el esfuerzo?
¿fue el poema creado o descubierto?
Siempre sol y siempre viento.
Pausamos nuestros ojos,
Pronunciamos nuestros nombres
¿y ahora nos vemos definidos?
Poesía, aliento o poético vestigio.
Palabra que nombra y define
¡Número que das orden al mundo!
Objeto que alcanzo … enumero y defino
(Esencia que pierdo al nombrarte)
Profusión indefinida.
Siempre arena, siempre arena.
Silencioso canto oído,
siempre viento, siempre viento…
¿Y ahora es verdad?
Cuantificar, enumerar, dar sentido
...una miríada de estrellas fijas,
dando testimonio por sí…
Fragmentos movedizos, un paso cierto,
otro incierto, temor velado
(punto cierto para el naufragio.)
Siempre mar y siempre mar.
Y ahora oscilo en lo inexplicado
¿Y ahora hay ya sentido?
Fluctúo en lo que vendrá a ser sentido,
(sin orden en el mundo)
Miradas que convergen y divergen.
Siempre sol, siempre viento…
Nombrar tu nombre, mirar tu rostro
y no atingirte en lleno.
eludir palabras: sólo hay sentido.
Eso es esencia ¿quizás presencia?
recoger los frutos en el mar.
Soplar la arena de las flores,
ver la lágrima se esbozando en tu mirar.
Ver el poema ahora se insinuando.
Siempre sol y siempre viento.
(Brasilia, agosto de 2010)
jueves, 15 de julio de 2010
Transcurso y poesía
coherencias, divergente pensamiento,
álveo, cause de mi comportamiento,
río ilimitado, caprichoso curso
¿Cómo hacer que lleves junto lo
que pienso, hablo, hago y ya deshago?
¿Por qué no desaguas aquí y ahora
y alineas mi mira con tu blanco?
Ser uno en lo plural, ser encuentro y divergencia.
Observar, ser observado, desvendar lo no observado
(Ser testigo y sujeto del encuentro)
Ser autor y objeto del poema
...revelar lo irrevelable...
Sumergirse en lo no dicho – tal vez soñado
El poema es el vestigio ya dejado,
(el rastro sigiloso de un poeta ido.)
martes, 6 de julio de 2010
Un poema recordado
Gonzalo Mallarino Flores es un poeta bogotano; leí sus primeros poemas en un suplemento literario del periódico El Tiempo, al comienzo de los años 80. La verdad es que los textos fueron descubiertos por mi querida amiga Dalia Pazos, y especialmente este – incluido aquí – se ha quedado fijado en mi memoria. En ese tiempo el poema fue leído por nosotros en Cali, a dos voces, en una frágil y soleada mañana de domingo. Sólo la poesía podría producir aquel efecto, de llevar la percepción más allá de la razón, tal vez más próxima de la eterna permancencia, de la clarividencia, de ese sutil y arisco aquí y ahora.
Percibo en el poema escogido – y citado abajo – una técnica sutil de representar lo cotidiano, haciendo que las palabras fluyan tranquilamente en el texto, con sabiduría, tomando identidades propias. Trabajos así engrandecen el acto creativo, especialmente el duro trabajo de poeta.
El texto ha llegado nuevamente a mí después de búsquedas inútiles, realizadas durante casi tres décadas; demostrando así, una vez más, que los poemas son fieles a sus verdaderos dueños: los lectores que cautivan.
Mi casa se abre desde un balcón
al que llegan las aves
llenas de luz, de música y movimientos.
El día sábado
la casa es más clara
y nada nos gusta tanto
como las horas lentas
de amor y de sueño.
Mi casa está llena de música
y de amigos que vienen a vernos.
Tenemos muchos libros
y paredes blancas
y un perro inmenso
que embadurna con babas pesadas
el alma de los visitantes
que más queremos.
Voy a llenar mi casa de niños
y siempre tendré muchas cosas adentro,
para poder buscar la palabra elemental
de la poesía.
domingo, 4 de julio de 2010
Nocturno #3 (Térrea canción de permanencia)
permitir que mi estructura se venga para el suelo
o servir como una ventana para avistar el universo.
Dos destinos tienen las fisuras que me asustan
tornarse una ventana que se viene a añicos
y servir como una estructura para vislumbrar el universo.
Puedo – y puedes – ver el universo a través de mis fisuras,
puedo – y debes – sentir el pulsar primigenio a través mi flaqueza:
cuando caiga mi casa verás que yo soy todo,
Y que mis miedos – tal vez los tuyos – eran los vanos
que permanecían trancados ... por acaso.
Permaneces ahora en la noche fluctuando en la abertura
...donde estarás cuando mi casa ya no exista...
Te aseguro que estaré aquí, allí – quizás en toda parte –
querida ... abriendo tu puerta, tu ventana,
sobre todo, sacudiendo, brutalmente, los cimientos de tu casa
Brasilia, julio de 2010
domingo, 27 de junio de 2010
La poesía de Mario Quintana
Mario Quintana es un ejemplo de ser humano y de poeta. Trabajó como traductor para la lengua portuguesa de consagrados escritores como Papini, Maupassant, Proust, Charles Morgan, Voltaire y Virginia Wolf. Cronista siempre vinculado – y fielmente casado – con la poesía, vivió para ella y a través de ella. Huyó siempre de escuelas y modismos literarios, siempre independiente, aparentemente solitario. Nunca se casó y sus moradas terrenas terminaron siendo austeros cuartos de cuasi anónimos hoteles de la ciudad de Porto Alegre (capital del sureño estado de Río Grande do Sul). Su poesía representa la esencia de la simplicidad: la palabra precisa, desnuda, siempre tierna; dicha sobre un tema aparentemente común, recreando ese misterioso conjunto que – finalmente – tiene el poder de parar el mundo.
“Algunos de tus versos no necesitan estar impresos en tinta y papel: yo los cargo de memoria, y a veces ellos brotan de mí como si fueran míos. De cierto modo, ellos son míos, y has de convenir conmigo que la gloria de un poeta es conceder estas coparticipaciones anónimas por el mundo”. Esto fue dicho por Paulo Mendes Campos (también poeta brasileño), hablando de la poesía de Mario Quintana. Para Paulo Mendes Campos la poesía era el insomnio de la Humanidad: “Quien duerme como un ángel no puede ser poeta” – decía.
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El autorretrato (de Mario Quintana)
En el retrato que me hago
– trazo a trazo –
A veces me pinto nube
A veces me pinto árbol.
A veces me pinto cosas
De las que ni siquiera hay más recuerdos…
O cosas que no existen
Mas que un día existirán…
Y, de esta lectura, en que busco
– poco a poco –
Mi eterna semejanza,
Al final ¿que restará?
Un dibujo de niño…
Corregido por un loco.
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Emergencia (
Respira, tú que estás en una celda
asfixiante,
ese aire que entra por ella.
Por eso es que los poemas tienen ritmo
– para que puedas profundamente respirar.
Quien hace un poema salva un ahogado.
(Traducidos por Carlos Humberto Llanos)
sábado, 22 de mayo de 2010
Esa ausencia amiga
Mi querido amigo, no hay nada que decir:
hechos son más fuertes que palabras,
y estas más fuertes que aquellos pensamientos
que nos llegan, que visitan y nos dejan
(estos últimos se nutren pocas veces del espíritu sentido.)
En este espacio tendremos que hechos y sentires
son más reales que lo escrito, lo dicho y lo pensado
– ya que después de todo permanecen más tiempo –
puedes ver que son más estables y confiables
(tal vez nos sean eternos… y estén por todas partes.)
No te detengas, pues los acontecimientos son más fuertes
y nuestros sentimientos son confiables.
Estamos aquí y allá – eso es un hecho.
Y la prueba de todo es que esto puede ser sentido
(y que ese sentir no tiene pruebas)
y si pruebas existen no habrían palabras:
aquellas que te pudieran describir ahora,
o esa proximidad – esa que compartimos y que no se explica
(porque es un todo, un sentir in-fragmentable.)
Palabras nuestras... o ideas hendidas por espacios,
nuestra amistad no puede ser descrita en los fragmentos
(tal vez los espacios la describan más intensamente.)
Aquel espacio que marca el ritmo del poema,
aquel espacio que marca la pausa silenciosa de los cantos,
o aquel espacio para el cual te fuiste,
aquella morada al sur o al norte, sin casa, sin materia:
aquel espacio que sólo suele sustentar
el espíritu leve y puro que llevaste, y que dejaste…
(Brasilia, marzo, 2010)
domingo, 25 de abril de 2010
Nocturno #2 (a Gaia, piedra viva)
Una
noche vi
dos mil sílabas
escritas historiando sobre
amores y adioses en suaves toques
colocados en cantos, exhalando quantum(s) de
energía, sueltos en los libres y abocantes abrazos
(fijos...), reflejando vivas sombras de despedidas que envolvían
reflejos sueltos de posibles re-encuentros de firmes amores, insinuados
en sílabas holgadas de bríos, sustentados en la pausada piedra
con su peso y materia neutra, que ahora intenta
soportar el pasar de mi cuerpo vivo que pesa
y que algún día será inerte como la
dura roca viva que encontré en
la vida y sustentó su y tu
silencio (y el mío)
todo, un
día.
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Planeta piedra
que albergas el silencio y la vida,
sigilosa roca suelta
– en el vacío –
(soporta tú mi peso
por al menos un día.)
......................................
Errante vieja Piedra viva
que abrigas la noche y el día,
ya sustentas tú mi aliento
mi sílaba – hermética – , la de todos
(despreocupada...
Por toda una vida.)
.....................................
Potente Roca, viajera Piedra
(albergas lo inerte y lo vivo)
Tú eres certeza y acaso:
¿eres tu la Vida?
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(Brasilia, abril de 2010)
sábado, 10 de abril de 2010
Canción del aire
I
Te amo sobre todo porque no eres mía,
aliento fresco y tenue, silencioso amor:
permite que percibas (...algun día)
mi caricia en el viento que te toca.
Te amo sobre todos los pecados,
sobre todas las dichas y desdichas.
Te enfrento con mi amor de héroe
vencido en la cadencia de un encuentro,
(cuando te invado despreocupadamente.)
Y me entrego porque venzo el miedo
a cada instante que te veo,
y más lo percibo en un momento,
cuando dejo de pensarte:
no hay nada que nos una ahora,
y en tanto no hay nada que separe.
Te amo siempre, ahora o nunca,
sobre todo porque eres infinita,
inexpugnable fortaleza,
que sólo deja entrar el aire,
que exhalo en brisa a cada instante:
(te amo porque tu respiras)
II
Te amo cuando yo me amo,
y me detengo justo ahora y siempre:
cuando me descubro, cuando ya te siento.
¿Quizás somos ahora inescrutable aliento?
...Dulce etérea aérea canción de amor
que declara en el tenue verso
aún no escrito (y tampoco revelado)
que te extraño – que te quiero,
que te alcanzo...
(Brasilia, abril de 2010)
lunes, 29 de marzo de 2010
Amor y Espacio
expande una brizna los linderos de tu corazón.
Ahora tal vez ese amor abarque el piso que te sustenta,
la ventana que te permite avistar el mundo (extraño a tu casa),
y el abrigo y conforto que el techo de tu casa ofrece:
en los inclementes días de interminables lluvias,
de tristeza y de lamentables pérdidas.
Expande un poco más ese espacio,
y podrás incluir también alegrías y pesares
que nunca llegaron solas(os), pues a
pesar de reticencias traían
consigo forjas y experiencias,
(el sosiego y humildad de la sabiduría):
de los que ahora están viejos y curtidos
por el paso de las persistentes y devotas horas,
que llegaron subrepticiamente ante sus vidas.
Lleva los linderos un poco más al frente,
tal vez ahora puedas incluir el tic-tac de tu reloj,
que marca reverentemente las horas de trabajo
y del descanso, después de la solícita jornada
en la que quizás estuviste atento o desatento
(….pero eso ahora eso ya no importa.)
Expándelos un poco más y podrás incluir
el sonido que produce el llanto de tus hijos
y también el son de la risa
(espontánea y descontrolada)
producida por la piedra que lanzaron
y que quebró el vidrio que separaba
tu sentir del reflejo tenue de tu mirada.
Lleva esos linderos al frente y tal vez quepan tus angustias,
tus proyectos, tus dudas, tu secretos – tus palabras nunca dichas,
(ese sentir tuyo que nadie jamás podrá saber y que perturba).
Ese toque de la mano sobre la piel – que trae todo sin llevarse nada.
Expande un poco más y abarcarás el cariño y la ternura
que sientes por los bichos (y el miedo que
te produce las serpientes y escorpiones.)
Estarán presentes también aquellos tipos
que aborreces y que merecieron las piedras
y plomos que nunca lanzaste:
incluyendo esos odios y rencores
nunca revelados y, por lo tanto, no dichos.
Aquellos que hicieron posible Nerón, Calígula,
Hitler, Idi Amin, Stalin y tantos otros
(y que hayan hecho lo que hicieron).
Aquellos inquisidores odios y rencores
(de siempre, de ayer y de hoy...)
Un poco más y podrás incluir el alborozo de argentinos
y la desdicha de británicos ante ese gol de Maradona
(todo fruto de las luchas de verdad y de mentira.)
Avanza algo y entrarás todas las guerras fratricidas
estimuladas por sus líderes: reyes, reinas, lores, brahmanes,
políticos, curas y ayatolás: guerras santas – y son tantas –
(pero todas ellas intactas, insanas e in-santas.)
Mira para el lado y verás también aquel código moral (tácito o expreso)
de Hammurabi o del apóstol San Paulo o del padre Astete.
O aquel diccionario de la lengua que sentencia que
la palabra que dices y escribes no es castiza
(y que por lo tanto es una rara especie de pecado.)
Verás también ese miedo que te congela y perturba
y que se filtra en tus pesados sueños
(nocturnos y un tanto diurnos.)
Si te llevas más al frente, cabrán Pedro y Mario,
los cuales nunca viste, oíste e/o visitaste.
Incluirás la voz de los poetas
(algunos casi anónimos como Aurelio Arturo),
o los personajes y escritos de Borges, García Márquez,
de Octavio Paz, de Faulkner y de Joyce
(tal vez esté don Quijote y algunos fulanos de Shakespeare y Camoes.)
También verás la conciencia e inconciencia del hombre,
capaz de lo peor y de lo más noble y sensible.
Avanza un pocos más y verás el coraje de los héroes,
y los recónditos miedos que dejaron para atrás
(tal vez sean los mismos miedos del poeta
al enfrentar una simple hoja en blanco.)
Todo eso estará junto, dentro de ese espacio
que ahora es tuyo (y quizás mío también),
en donde encontrarás también las tenues huellas
dejadas por Gandi, en su andar despreocupado
pero atento y compasivo – por el mundo.
Un poco más y veras como se incluye
la presencia de los iluminados:
las simples enseñanzas de Jesús,
la fuerza de Moisés y de Mahoma,
la sabiduría de Krishna,
la ternura de Francisco de Assis,
la claridad de Buda,
el amor de los santos Sufis,
la sonrisa de Ramana Maharishi.
Lleva un poco más tus linderos para frente
y te vislumbrarás: como sensibilidad, paz,
sabiduría y fortaleza.
Mira para frente y ahora estarán presentes
las estrellas y galaxias:
sueltas y pendiendo de tu corazón.
Avanza tus límites un poco más
hasta que sean consumidos en el núcleo
de algún longincuo e inconmensurable quasar.
Ahora no tendrás nada ni a nadie
que te perturbe, te limite o incomode.
Estarás tu sólo, conmigo, con Juan, con Mariah.
Estarás sólo con tu corazón des-temido,
del cual saldrán huyendo – des-pavoridos –
tus miedos (y también los míos).
Sólo tú, con tu nombre y sin apellidos.
Y ahora - tal vez - en ese espacio podrás caber tú.
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(Brasilia, marzo de 2010)