domingo, 27 de junio de 2010

La poesía de Mario Quintana

Mario Quintana es un ejemplo de ser humano y de poeta. Trabajó como traductor para la lengua portuguesa de consagrados escritores como Papini, Maupassant, Proust, Charles Morgan, Voltaire y Virginia Wolf. Cronista siempre vinculado y fielmente casado con la poesía, vivió para ella y a través de ella. Huyó siempre de escuelas y modismos literarios, siempre independiente, aparentemente solitario. Nunca se casó y sus moradas terrenas terminaron siendo austeros cuartos de cuasi anónimos hoteles de la ciudad de Porto Alegre (capital del sureño estado de Río Grande do Sul). Su poesía representa la esencia de la simplicidad: la palabra precisa, desnuda, siempre tierna; dicha sobre un tema aparentemente común, recreando ese misterioso conjunto que finalmente tiene el poder de parar el mundo.

“Algunos de tus versos no necesitan estar impresos en tinta y papel: yo los cargo de memoria, y a veces ellos brotan de mí como si fueran míos. De cierto modo, ellos son míos, y has de convenir conmigo que la gloria de un poeta es conceder estas coparticipaciones anónimas por el mundo”. Esto fue dicho por Paulo Mendes Campos (también poeta brasileño), hablando de la poesía de Mario Quintana. Para Paulo Mendes Campos la poesía era el insomnio de la Humanidad: “Quien duerme como un ángel no puede ser poeta” – decía.

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El autorretrato (de Mario Quintana)


En el retrato que me hago

trazo a trazo

A veces me pinto nube

A veces me pinto árbol.


A veces me pinto cosas

De las que ni siquiera hay más recuerdos…

O cosas que no existen

Mas que un día existirán…


Y, de esta lectura, en que busco

poco a poco –

Mi eterna semejanza,


Al final ¿que restará?

Un dibujo de niño…

Corregido por un loco.



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Emergencia (de Mario Quintana)

Quien hace un poema abre una ventana.

Respira, tú que estás en una celda

asfixiante,

ese aire que entra por ella.

Por eso es que los poemas tienen ritmo

para que puedas profundamente respirar.

Quien hace un poema salva un ahogado.


(Traducidos por Carlos Humberto Llanos)

1 comentario:

  1. Me gusta lo que me deja leer a este Mario y agradezco tu labor, Carlos, de traernoslo. Hay que ser doblemente poeta para traducir.

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